SALIMOS DEL MAR Y SOÑAMOS EL MUNDO







SALIMOS DEL MAR Y SOÑAMOS AL MUNDO

Texto  y  fotografías:  Eugenia Galeano Inclán
Octubre 2016

Acostumbramos entonar "México lindo y querido, si muero lejos de ti, que digan que estoy dormido y que me traigan aquí ", con mucho sentimiento, para demostrar nuestro amor a la Patria.  Si bien, por lo general amamos al país donde nacimos, lo cierto es que lo conocemos sólo por encima.  En lo personal, he de confesar que no fue sino cuando regresé de un viaje a Europa que comencé a apreciar sincera y profundamente lo que México representa para mí.  Ocurre que poco nos preocupamos por tratar de conocer más de nuestro lugar de origen.  México es un país maravilloso, que no sólo tiene montes y valles, mares y ríos, pueblos pintorescos, ciudades cosmopolitas, gente trascendente, sino que alberga cosmogonías de grupos culturales que tienen sapiencia y tradiciones que no se encuentran en otros países. 

Uno de estos grupos es el de los huicholes, cuya cosmogonía alberga un conjunto de mitos, su forma de ver el mundo, sus conocimientos y concepciones, su lengua, su cultura prehispánica, su religión y el uso del peyote.  Este pueblo mesoamericano es de los pocos que se negó a reemplazar sus creencias por las de los españoles en tiempos de la conquista.  Hasta la fecha, se mantienen apartados de la civilización en un intento de no transgredir su ancestral forma de vida, con sus propios usos y costumbres.

Una de las artesanías más conocidas de los huicholes es el Ojo de Dios (si’kuli), una especie de rombo elaborado con una cruz de madera recubierta de estambres de diversos colores.  Por su forma, quedan cubiertos los cinco puntos cardinales o rumbos del universo (Norte, Sur, Este, Oeste y Centro -punto de partida de todo).  Cada color utilizado corresponde a una protección específica.  Simboliza poder y protección y sirve para ver y entender lo desconocido.  Apenas nace un niño huichol, los padres piden se le elabore un Ojo de Dios, mismo que llevarán sobre su cabeza a la fiesta del tambor.  Conforme el niño crece, los Ojos de Dios van siendo extendidos, a fin de ir representando la edad del niño.  

Nora Manneck ha dedicado gran parte de su vida al quehacer artístico, nacida en Alemania, ha realizado múltiples estudios en diversos países, como Alemania, Francia, Estados Unidos de América, España y México, entre otros. Poco antes de la década de los 80 llegó a nuestro país, donde estudió actuación con Juan José Gurrola. Desde entonces, aquí reside.  Se ha desempeñado como bailarina en diversas disciplinas, coreógrafa, actriz, directora y docente.   Se podría decir que ya es más mexicana que alemana.  Ama a México y todo lo que con el se relaciona.  Es investigadora nata e inquieta por naturaleza.  Se dio a la tarea de conocer de cerca a los huicholes y fue hasta donde habitan, platicó con ellos y logró que le hablaran sobre las deidades que adoran y hasta le contaron algo de sus leyendas, de esa cultura oral que se transmite de boca en boca a través de generaciones.

Con los resultados de su investigación, convocó a Felipe Rodríguez, actor, dramaturgo, quien saltara a la fama con su libro "El país de las metrallas", compendio de  tres textos de su autoría "México sin cabeza", "El penal" y "El país de las metrallas".  Tras conocer la idea original de Nora, Felipe procedió a desarrollar una historia y es así como surge VENIMOS DEL MAR Y SOÑAMOS EL MUNDO, cuya sinopsis es:  "Cuentan los huicholes que en el principio no había nada más que agua. Y que en medio de ese mar infinito y oscuro vivían tres dioses, que no hacían nada más que nadar y flotar… hasta que se aburrieron. Entonces cerraron los ojos y comenzaron a imaginar. Cuentan que así fue como se creo el mundo".
El relato comienza cuando Takutsi (Nuestra abuela tierra - diosa de la tierra), Maxacuaxi (Nuestro abuelo cola de venado - dios creador) y Kauyumari (Nuestro hermano mayor venado azul) llegan al mundo desde el mal para recorrer espacios desconocidos, mientras descifran el verdadero significado de lo que han soñado.  Kauyumari es el más joven y quisiera aventurarse en todo lo que está a su alrededor, pero Maxacuaxi y Kauyumari se encuentran agotados y le piden los deje descansar.   A regañadientes, Kauyumari tiene que esperar, pero está dispuesto a vencer los miedos y aprender del nuevo mundo. Su convicción es que todo lo que puedes soñar, lo puedes crear.

En su recorrido les sucederán cosas buenas y malas.   Entre lo bueno, es que un venado -criatura emblemática en la cultura huichol- habrá de guiarlos.  Lo malo es que se toparán con tres gigantes, dos de los cuales podrían ser la representación del águila bicéfala -otro simbolismo huichol- y, asimismo, tendrán que resguardarse de lobos y serpientes.

Un texto de gran estructura que capta el interés de principio a fin.   Un montaje que lo enmarca perfectamente, apoyado por multimedia.  Tres grandes mamparas que delimitan el espacio y, a la vez, es donde se proyectan imágenes que ilustran los sucesos.  Vestuario muy apropiado, pleno de alegorías y símbolos.

Impecable labor de dirección por parte de Nora Manneck con acción constante, ritmo preciso, coreografías bien diseñadas, buena combinación de técnicas -luz negra, teatro de sombras, objetos- y aprovechamiento total del espacio escénico. 

Conforman el elenco:   Asur Zágada (Kauyumari),  María José Vargas (Takutsi),  Erick Israel Consuelo (Maxacuaxi),  Juan Acosta (Lobo),  Bruno Benítez (Gigante 1),  Bernardo Benítez (Gigante 2),  Adrián Alarcón (Gigante Mayor).  Ataz Urieta y Miguel Pérez Enciso realizan suplencias.  Todos los jóvenes ofrecen una labor histriónica, corporal y de expresión formidable.  Asur está verdaderamente deliciosa en su papel del chico travieso, intrépido y curioso.  Sorprendente la destreza de Bruno y Bernardo con los zancos, así como la variedad de matices que da a su voz Adrián.

El resto del equipo creativo está integrado por:  Edgar Sánchez en diseño y realización de pantallas.  El colorido y estilizado vestuario fue diseñado por Yolotzin García y realizado por De Corazón.  Yannick Menchaca en música original y diseño sonoro.  El divertido rap es de Atza Urieta, con textos de Bruno Benítez y Bernardo Benítez.  Regina Morales y Tenoch Olivares son los diseñadores de iluminación.  Las animaciones fueron diseñadas y realizadas por Mariano Romero, y, por parte del ITESM Campus Toluca, por José Carlos Mondragón (Coordinación), Lizbeth del Carmen Tovar López, Sara Vidales Fernández,  Daniela Ramos Carsollo,  Mariana Ponce Rey  y  Jaime Santiago Almeida Palacios.  El videomapping es de Ismael Gimate.  El diseño de imagen de Rogelio Valdés (Garguile.com).  Ángel Pérez Salazar brinda asistencia.

La producción es de AaP Adrián Alarcón Presenta  y  cortejo Producciones.  Los productores son Adrián Alarcón y Eloy Hernández.  Patricia Hernández Mendoza y Georgina Cueto brindan asistencia de producción.

SALIMOS DEL MAR Y SOÑAMOS EL MUNDO está dedicada a la memoria de Rafa Covarrubias

No lo dudes, embárcate en esta travesía, acompaña a las deidades huicholes a crear al mundo, vive junto con ellos todas sus experiencias.  Te aseguramos entretenimiento y sorpresas.  Un montaje bien pensado y mejor logrado.  Un equipo comprometido y creativo que da a conocer a las nuevas generaciones detalles de la cosmogonía de los huicholes y su magia.  Apresúrate porque la temporada está por concluir.  Después de la función, podrás visitar el altar de muertos que hay en uno de los salones del teatro y, además, los niños tienen la posibilidad de aprender manualidades, igual y hasta elaboran un Ojo de Dios. 

SALIMOS DEL MAR Y SOÑAMOS EL MUNDO se presenta sábados y domingos a las 13:00 horas en el TEATRO SERGIO MAGAÑA, ubicado en la calle de Sor Juana Inés de la Cruz número 114, colonia Santa María la Ribera -cerca de la Estación San Cosme del Metro-, Ciudad de México.  La temporada concluye el domingo 6 de noviembre de 2016.




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